jueves, 13 de junio de 2013

Reseña Histórica

Monasterio de Santa Catalina de Sena

En la época de los incas el lugar de este monasterio y de las adyacentes lo ocupaba el conjunto de recintos llamado Aqllawasi, lo cual en quechua significa "la casa de las escogidas".





El monasterio de Santa Catalina de Sena fue fundado en 1601 en la ciudad de Arequipa, pero pronto fue trasladado al Cusco a causa de una serie de devastadoras catástrofes naturales,  que sucedieron en Arequipa a los comienzos del siglo XVII, la iniciativa de la fundación pertenecía a la viuda doña Isabel Rivera de Padilla de Arequipa, poseedora de una gran fortuna. En febrero de 1605 llegaron al Cusco las primeras 25 monjas profesas. Después de varios traslados dentro de la ciudad, el monasterio se estableció en el lugar del antiguo Aqllawasi. Probablemente, en la elección del sitio se tomó en cuenta la anterior función.





En 1650 el nuevo Monasterio, al igual que muchas otras nuevas edificaciones del Cusco, fue destruido por un gran terremoto. Los trabajos de reconstrucción comenzaron al año siguiente con la fundación del nuevo templo que permanece en pie hasta el día de hoy. Es un sencillo edificio de una sola nave que se extiende a lo largo de la fachada noreste del Monasterio. En el se encuentra la imagen de la Virgen de los Remedios, patrona y protectora del Monasterio desde el momento de su fundación, objeto de gran devoción de los cusqueños.

SANTA CATALINA DE SENA
(1347, Sena Italia 1380, Roma)

Catalina Benincas, penúltima de los veinticinco hijos de un próspero matrimonio burgués, a los dieciséis años tomó el hábito de los Terciarios Dominicos, contra la voluntad de sus padres. Se hizo conocida por su piedad cuidando a los enfermos en los tiempos de la peste. Tuvo numerosas experiencias místicas y fue autora de muchos escritos, aunque tenía que dictarlos, por ser analfabeta la mayor parte de su vida. Su obra más famosa es el Dialogo o Tratado de la Divina Providencia. En la última década de su vida Santa Catalina participó en la actividad política de Europa cumpliendo en reiteradas ocasiones el papel de embajadora de paz. Murió a los treinta y tres años y fue canonizada en 1461 por el Papa Pío II. En 1970 fue oficialmente reconocida como una de las primeras mujeres doctoras de la Iglesia.





En el Monasterio de Santa Catalina del Cusco actualmente viven trece monjas profesas de la vida contemplativa. Son seguidoras de las primeras monjas de la Orden de Predicadoras (Orden Dominica) del Monasterio de Prulla, fundado en el año 1207 por Santo Domingo de Guzmán. Su principal tarea espiritual es la de ayudar con sus oraciones a la misión evangelizadora de los frailes y la Iglesia. El reglamento de la Orden presupone una estricta clausura, aunque esta limitación se ha ido suavizando en las últimas décadas. Su hábito es de colores blanco y negro, según la tradición de la Orden de Predicadores. Sus celdas están ubicadas en los dos claustros interiores detras del templo. Desde los tiempos virreinales las monjas de Santa Catalina eran conocidas por sus sofisticados bordados de vestimentas litúrgicas y ropa de santos y por su deliciosa repostería.


La parte del monasterio abierta al público contiene valiosas colecciones de pintura y escultura virreinal (mayormente de la renombrada Escuela Cusqueña), tapices, muebles y vestimentas litúrgicas y otros objetos de artes aplicadas a las épocas colonial y republicana. Actualmente las exposiciones permanentes del Monasterio están en proceso de renovación y mejoramiento.

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